El arzobispo de Washington D.C. habla sobre la dignidad humana.
Preguntado por las cuestiones planteadas por DI (Dignitas infinita), el cardenal Gregory reconoció que el documento tocaba una serie de temas y ha suscitado algunas controversias en diversos sectores. «Pero si tomas el documento en su conjunto, no es un documento sobre un tema específico más allá del hecho de que trata a los individuos humanos, a las personas humanas, como dignos de una manera que es insustituible, que nunca perdamos la dignidad que Dios nos confía al crearnos».
También asegura que la Declaración es «humilde en su contexto, pero también, muy profundamente arraigada en las enseñanzas morales y antropológicas católicas».
Un documento desafiante
Al mismo tiempo, el cardenal Gregory cree que el DI será un «reto» para la gente. «Todo el mundo -quizá sea exagerar- encontrará probablemente algo con lo que esté de acuerdo de todo corazón, y algo sobre lo que tendrá que reflexionar».
«Y para ser totalmente honesto», añade, «creo que ese es el signo de un documento exitoso. Afirma lo que entiendes, aceptas, sostienes y a lo que te aferras, pero también te empuja a considerar otras dimensiones de nuestra vida eclesial, de nuestra vida social, que pueden plantear un desafío».
Utilizando el ejemplo de la pena de muerte, el cardenal Gregory sostiene que la Iglesia «ha reforzado continuamente su oposición a la pena capital», acercándose a la postura de que nunca está realmente justificada. «Y para un cierto número de personas, eso va a ser un problema», dice el purpurado, al tiempo que subraya que DI insiste en que incluso las personas que han cometido crímenes atroces «no han perdido la dignidad que tenían desde el día de su concepción».
Cuestiones de importancia crítica
El cardenal Gregory destacó una serie de cuestiones de vital importancia para su archidiócesis de Washington, en particular el trato a las personas LGBTQ+ y a las personas preocupadas por su identidad de género.
«El documento reconoce su dignidad humana, pero también les llama a aceptar y comprender el hecho de que Dios les ha dado la dignidad de una identidad en su creación», afirma.
El Cardenal también llama la atención sobre la «dignidad de nuestra comunidad migrante». A veces, dice, los migrantes «son denigrados» por quienes tienen «sentimientos muy fuertes» sobre la migración, mientras que al mismo tiempo se plantean cuestiones sobre cómo «admitir y respetar a las personas que vienen a nuestras fronteras buscando las mismas ventajas de vida» que los antepasados de los actuales residentes buscaron cuando llegaron a América en el pasado.
«Así que esas cuestiones van a tener una importancia crítica», enfatiza el cardenal Gregory.
Dignitas infinita, concluye, es «un documento muy equilibrado, y una forma muy equilibrada de considerar toda la gama de cuestiones que nos plantean [la pregunta]: «¿Cómo podemos respetar mejor la dignidad humana en cada momento de su existencia?»».